APORTE DE LA EVALUACIÓN DE PROGRAMAS AL DESARROLLO SOCIAL
- INTRODUCCIÓN
El ser humano a lo largo de su vida
ha estado sometido a diversas evaluaciones, desde el día de su nacimiento, pues
para asegurar que este nació sin complicaciones se le somete a una evaluación
de su estado general con el Test de APGAR; en el ámbito escolar, para medir el
aprendizaje adquirido durante un periodo de tiempo se tenía que aplicar una
evaluación de conocimientos, ya sea cuantitativa o cualitativa; otra de las
situaciones más comunes es la búsqueda de trabajo, en la cual la persona evalúa
las posibilidades y oportunidades laborales y a la vez se evalúa a sí mismo,
con la finalidad de corregir algunos aspectos personales que le limitan el
fácil acceso a uno de los puestos.
Según Sanchez (2007) en la
evaluación se recogen y analizan una amplia información que permite determinar
el valor y/o mérito de lo que se hace. Esto permite facilitar la toma de
decisiones y mejorar lo puntos débiles encontrados en el proceso de
intervención.
Del mismo modo, la evaluación en el
ámbito social comunitario podría ser definida como el proceso de apreciación
sistemática y objetiva sobre un proyecto, curso, programa (concepción,
realización y resultados), entre otros. En este proceso se trata de determinar
la pertinencia de los objetivos, su grado de realización, la eficiencia en
cuanto a la acción social, eficacia, impacto y viabilidad. Entonces ¿qué debe
proporcionar una evaluación? , pues informaciones creíbles y útiles, que
permitan integrar las enseñanzas obtenidas en los mecanismos de elaboración de
las decisiones.
La pregunta siguiente sería ¿Cómo la
evaluación de programas aporta al desarrollo social? . A continuación se
desarrollarán temas que ayudarán a responder esta pregunta.
- CONTENIDOS
2.1.
CONCEPTOS BÁSICOS
Evaluación de programas: Para Rutman (1977) y Stufflebeam
& Shinkfield (1993) (citados en Sanchez, 2007), la evaluación de programas
aplica procedimientos científicos para reunir evidencia válida y fiable sobre
cómo ciertas actividades producen resultados o efectos concretos; al mismo
tiempo, la evaluación utiliza los datos obtenidos para guiar la toma de
decisiones, solucionar problemas y entender los fenómenos implicados en ambas
actividades. Por ende, el verdadero significado de la evaluación de programas
desde el punto de vista social, es examinar las exigencias científicas del
proceso evaluador desde dos cuestiones esenciales, un «qué» (¿el programa tiene
efectos?, ¿funciona?) y un «por qué» (los efectos detectados ¿son netamente del
programa?).
Desarrollo social: Según Montero (2004 ) el desarrollo
social es definido como una forma de progreso social en el que se privilegia la
modernización, entendida como el fomento de formas de producción
industrializadas, la introducción de sistemas tecnológicos para la mencionada
producción, la mundialización (la libre circulación de bienes y dinero), entre
otros. Es importante que este tipo de cambio social pueda ir acompañado de
políticas que puedan paliar los efectos negativos de dichos procesos de
modernización, en relación con la calidad de vida, el bienestar de la población
y el cuidado del medio ambiente.
Asimismo, Uribe (2004) también refiere que el
desarrollo social, en cierta forma, vendría a ser el resultado de la mejora de
los índices colectivos de bienestar, como: la esperanza de vida, mortalidad
infantil, ingreso disponible, ingesta calórica o acceso a servicios sociales.
2.2. PRINCIPALES FUNCIONES DE LA EVALUACIÓN
Es importante conocer cuáles son las principales funciones
de la evaluación para saber cuál es su aporte en el diagnóstico, ejecución y
resultados de los programas.
Según Herranz & Nadal (2001) son tres las funciones
principales:
A) La retroalimentación o mejora de los
proyectos o acciones ejecutadas o en ejecución.
B) El aprovechamiento de las
experiencias del pasado para las actividades futuras.
C) La rendición de cuentas hacia los
financiadores, la opinión pública y todos aquellos implicados en los procesos
de acción social.
Asimismo, otra de las funciones más principales de toda
evaluación de programas es la TOMA DE DECISIONES, ya que de nada serviría el
solo hecho de conocer el estado, ejecución, resultados, etc., del programa.
Esta toma de decisiones se puede dar en cualquier fase de la evaluación
(antecedentes, desarrollo y/o resultados de un programa).
2.3.
DIMENSIONES DE LA EVALUACIÓN DE PROGRAMAS
Sanchez (2007) refiere tres dimensiones como las
principales, estas son:
a) Dimensión teórica: Se refiere a los
conocimientos nuevos que pueden ser claves para generar más teoría de los
resultados alcanzados por los programas
b) Dimensión práctica: Su objetivo es
mejorar los programas comunitarios gracias a la evaluación que se hace de los
resultados alcanzados, lo cual permitirá elaborar principios y recomendaciones
prácticas que deberán mejorar la calidad de vida de la comunidad y de sus
habitantes.
c)
Dimensión social: Es la que le da legitimidad a la
intervención comunitaria, ya que si un programa es eficaz, eficiente, entonces se
espera que este cause un impacto positivo en la calidad de vida de las personas
de una comunidad, quienes la aceptarán y considerarán como relevante el trabajo
que se realiza. Sin embargo, si los programas no producen efectos
científicamente previstos y socialmente buscados, todo el andamiaje teórico y
metodológico quedará en cuestión.
2.4.
FINALIDAD DE LA EVALUACIÓN DE PROGRAMAS
Según Tejada (1999) son tres las
finalidades de una evaluación de programas, estas son:
a) Diagnóstica: Esto permite identificar
las características de los participantes (intereses, necesidades, expectativas,
etc.).
b) Formativa: Tiene como objetivo
mejorar las posibilidades personales de los participantes.
c) Sumativa: Va a permitir valorar la
consecución de los objetivos, cambios producidos, previstos o no.
2.7. APORTE DE LA EVALUACIÓN DE PROGRAMAS AL DESARROLLO
SOCIAL
Después de todo lo desarrollado
anteriormente, se puede ver cuán importante es hacer una evaluación cautelosa
de los programas existentes, en este punto se describirán tres dimensiones de
aporte al desarrollo social gracias a la evaluación de programas, este modelo
es tomado por Sanchez (2007) de Strupp y Hadley (1977).
a) Bienestar: Si se hace una correcta
evaluación del programa este podrá brindar bienestar y satisfacción a los
actores sociales intervenidos. Los mismos afectados podrán definir en qué forma
están experimentando esos cambios producidos a nivel interno y social.
b) Eficacia: Son los efectos logrados
por el programa gracias al cuplimiento de sus objetivos, por ejemplo, reducir
el índice de violencia y pobreza en la comunidad X o aumentar la participación
de la comunidad, etc. Esto puede ser medida mediante la observación o medición
objetiva de las manifestaciones externas de los cambios producidos en el
fenómeno a modificar.
c) Utilidad: Se refiere al grado de
utilidad e impacto que las acciones y efectos del programa tiene para la
comunidad.
Estas tres dimensiones deben estar
articulados para lograr un cambio social y contribuir de este modo al
desarrollo social.
- COMENTARIO ANALÍTICO
En el trabajo comunitario se debe
tener muy presente la población con la que se trabaja, ya que la comunidad no
es un laboratorio con objetos estáticos e inanimados, la comunidad está
compuesta por actores sociales que tienen necesidades, metas, sueños, expectativas,
vida; aquí radica la relevancia y compromiso que se debe tomar en cuenta al
intervenir en una comunidad. Los programas que se diseñan para una determinada
población deben asumir con entera
responsabilidad y compromiso profesional y ético al momento de ejecutarlo y
evaluarlo, porque de esto va a depender el bienestar, eficacia e impacto
generado en la comunidad después de la culminación del programa. Como ya se
mencionó anteriormente la evaluación de programas trae consigo resultados muy
satisfactorios en el desarrollo social, siempre en cuando se hace por las
razones correctas. No obstante, también puede tener un efecto negativo si se
hace por razones ajenas a los objetivos del proyecto (UNICEF , 2005).
En el ámbito social hay
profesionales que no cumplen con todo el trabajo comunitario respecto a los
programas, esto repercute de forma negativa en la concepción de “programas”, la
visión de relevancia que deberían tener en la respuesta a las necesidades de
dicha población no se podría apreciar ni vivenciar por las personas. Por ende,
el compromiso legal, ético y profesional es de vital importancia para hacer un
buen trabajo y lograr conseguir la confianza de tu población.
- CONCLUSIONES
Toda evaluación de programas debería
permitir la toma decisiones en cualquiera de las fases, si no se evidencia
ello, la evaluación no habrá servido de nada.
Las dimensiones de la evaluación de
programas son tres: teórica, práctica y social. De entre ellas la que le da más
legitimidad social al trabajo comunitario es la dimensión social puesto a que
en esta la aceptación o rechazo de la comunidad respecto a la relevancia del
programa cumple un rol muy importante.
Los aportes de la evaluación de
programas al desarrollo social se pueden medir en tres dimensiones: Bienestar
(a la población), Eficacia (los resultados obtenidos gracias al cumplimiento de
objetivos propuestos) y Utilidad (cuán útil es para las personas el impacto
generado gracias al programa). Estas tres dimensiones articuladamente
permitirán el desarrollo de la comunidad y con ello el desarrollo social.
- ENLACES
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S1607-40412007000200004&script=sci_arttext
- BIBLIOGRAFÍA
Herranz, L., & Nadal,
R. (2001). Manual para el trabajo social comunitario (Vol. 48). Narcea
Ediciones
Musitu, G. (2012). Introducción a la psicología comunitaria.
Montero, M. (2004). Introducción a
la psicología comunitaria. Desarrollo, conceptos y procesos. Editorial
Paidós.Buenos Aires. Argentina.
Sanchez, A. (2007). Manuel de
Psicología Comunitaria un enfoque integrado.
(No. 316.6). Pirámide.
Tejada, J. (1999). La evaluación: su
conceptualización. In Evaluación de programas, centros y profesores (pp.
25-56). Síntesis.
Uribe Mallarino, C. (2004).
Desarrollo social y bienestar. Universitas humanística, 31(58)